cartel_28_de_abrilLa Organización de las Naciones Unidas proclamó el 28 de abril Día Mundial de la Seguridad y Salud en el Trabajo para promover el trabajo seguro, saludable y decente. En el 2013 está dirigido a las enfermedades profesionales, las cuales siguen siendo las principales causas de las muertes relacionadas con el trabajo. Según estimaciones de la OIT, de un total de 2,34 millones de accidentes de trabajo mortales cada año, sólo 321,000 se deben a accidentes.
En España, llegamos al 28 de abril con un insostenible 27% de paro y con una población activa que sufre las consecuencias de un empleo inestable y en muchas ocasiones precarios hace que se convierta en una jornada conmemorativa y reivindicativa. Bajo el lema «Las reformas y los recortes del Gobierno hacen peligrar la salud y seguridad en el trabajo», los sindicatos nos recuerdan que es urgente reflexionar sobre las consecuencias que el modelo económico actual tiene en la salud de los trabajadores y trabajadoras y la salud pública en general.
Nos encontramos con un aumento de la precariedad laboral, cadenas de subcontratación incontroladas,  falta de formación y cualificación del trabajador y en consecuencia una ausencia de cultura preventiva. Lo peor de esta situación es que se está creando una conciencia donde el trabajar en cualquier condición (accidentabilidad, ansiedad, siniestralidad, agresiones a su salud mental social y biológica) es aceptado por el trabajador quien considera que lo importante es trabajar y su seguridad física y salud, pasan a un segundo plano. Los trabajadores empeoran de manera galopante sus condiciones salariales y sus condiciones de trabajo: menos trabajadores trabajan más horas, cobran menos y flexibilizan su tiempo de trabajo en función de la demanda, sacrificando su conciliación con la vida social y familiar. Todo ello agrava la salud del trabajador y el bienestar físico y psíquico de toda la sociedad.

El importante recorte económico del 40% llevado a cabo por el Gobierno en materia de políticas públicas en prevención de riesgos laborales, y que en el caso de algunas comunidades autónomas alcanza hasta el 100%, podrá tener como consecuencia a medio plazo un aumento considerable de la siniestralidad laboral. Estos recortes se reflejan ampliamente en la empresa, quedando la gestión de la prevención en una situación precaria de absoluta falta de medios humanos y recursos económicos. Los empresarios de hoy en día ven la prevención como un gasto y no como una inversión. Los técnicos de prevención de las empresas, lejos de poder abarcar todo el sistema de gestión de la prevención de riesgos laborales con los pocos recursos de los que disponen, se abocan a una prevención de “urgencia” sin tener en cuenta la importancia de los registros y de la gestión documental; del análisis conjunto de riesgos, de la formación y la promoción de la salud del trabajador; de la gestión coordinada de la prevención de las empresas contratistas…etc. La subcontratación, cada vez más, se ve como una opción para reducir costes y evadir responsabilidades, una actitud errónea además de estar sancionada.

La inversión en prevención y en políticas de salud por parte de la empresa, la inversión en ayudas en prevención destinadas al autónomo y PYMES, la apuesta por las nuevas tecnologías, la coordinación de acciones de las CCAA, la potenciación de la comunicación y trabajo conjunto hacia un objetivo común en la mediana-grande empresa junto con la aplicación sencilla (y no burocrática) de la normativa en prevención deberían de ser, para mí, los principios del camino a seguir en materia de prevención de riesgos dentro de esa lucha contra el retroceso que hemos de librar.

@suromig