A falta del análisis de los datos de siniestralidad laboral del último mes de 2016, el Ministerio de Empleo y Seguridad social hacía públicos los datos estadísticos de los accidentes laborales ocurridos entre enero y noviembre del pasado año. Y no son buenos. En este periodo de tiempo se produjeron 29.526 accidentes laborales más que el mismo período de 2015, durante la jornada de trabajo. Especialmente alarmante es el dato de aumento de la siniestralidad laboral en itinere que los 11 primeros meses de 2016 se vio aumentada en un 8’6%.
Por lo que respecta a los accidentes durante la jornada laboral, éstos sólo descendieron en los sectores de las industrias extractivas y en la de Administración Pública y Defensa. En el resto de sectores económicos, la siniestralidad aumentó y lo hizo con unas cifras que deberían llamar al análisis: un +15% en Hostelería, un 10’6% en el sector de los servicios auxiliares y de mantenimiento y un 9’8% en el del Transporte y Almacenamiento.
Al centrarse exclusivamente en los accidentes laborales con resultado de muerte, es imprescindible prestar atención a los accidentes con vehículos implicados, y no sólo se hace referencia a los siniestros registrados en el momento de trasladarse al puesto de trabajo, si no a los ocurridos con algún vehículo implicado en el desempeño de la actividad profesional. De hecho, según el informe estadístico del ministerio, aunque no es la más numerosa en el conjunto de todos los accidentes laborales, la desviación que provocó el mayor número de lesiones fatales en 2016 fue la de la pérdida de control de máquinas, medios transporte, herramientas, etc que ocasionaron 128 muertos el pasado año.
En cuanto a las ocupaciones del personal accidentado, el número más numeroso de los accidentados se produjo en el del perfil de peones de la agricultura, pesca, construcción, industrias manufactureras y transportes con el mayor número de muertes y accidentes laborales graves (66 muertes y 528 accidentes graves) seguido por el grupo de trabajadores cualificados de las industrias manufactureras, excepto operadores de instalaciones y máquinas. Una vez conocidos estos datos, queda manifiesto la necesidad de fomentar las formaciones en prevención de riesgos laborales tanto a los trabajadores de plantilla como a los provenientes de empresas contratistas y de continuar con la coordinación de actividades empresariales atendiendo a las condiciones especiales de concurrencia, e incorporando en ella no sólo los diferentes roles y peligros asociados de los trabajadores, si no también mimando toda la documentación de maquinaria y vehículos.
Por comunidades autónomas, cabe destacar que la siniestralidad más alta se dio en Cataluña con 79.071, seguida por Andalucía con 73.923 accidentes y de Madrid con 65.137. Sin embargo, en porcentaje del número de accidentes globales frente al número de accidentes mortales, el índice de gravedad de Galicia en 2016 fue alarmante ya que durante los 11 primeros meses del año hubo un total de 54 muertos, frente a los 23.040 accidentes durante la jornada laboral que se registraron.
El aumento de la siniestralidad en 2016 justo cuando parece que el mercado laboral vuelve activarse tras los complicados años de crisis pueden poner de manifiesto la necesidad de no bajar la guardia y sobre todo, de la importancia de incorporar la prvención de riesgos en todas las organizaciones. Una importancia que se revela vital delante de aquellas actividades, colectivos y trabajos en las que las cifras osn más altas: transportes, carga y descarga de material o logística. ¿Cómo estar seguro de que tu compañía planifica preventivamente y de forma eficaz? Y cuando subcontratas? Tienes el control y la seguridad de que tus subcontratados se coordinan eficientemente?
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