El absentismo laboral en España supuso en coste a las empresas de 85.140,42 millones de euros en 2018 un 10% más que el ejercicio 2017. El informe muestra que la tasa de absentismo (en porcentaje de horas no trabajadas) creció un 5,3% en 2018.
Los datos de la II Encuesta Trimestral del Coste laboral del Instituto Nacional de Estadística (INE) del 2019, muestran que el absentismo laboral ha supuesto al tejido empresarial la pérdida de 450 millones de horas de trabajo. Alcanzado el primer semestre, factura total de la incapacidad temporal, incluidas las mutuas colaboradoras con la Seguridad Social fue un 45,6% mayor que el mismo periodo de 2018 ( 4.283,27 millones de euros) . Si tenemos en cuenta que crecimiento está afectado por la imputación en el primer trimestre del año del pago delegado de la incapacidad temporal de noviembre y diciembre 2018, y lo excluimos del cómputo, el gasto de la incapacidad temporal fue de 3.304,69 millones de euros en los seis primeros meses del año, lo que supuso un incremento del 12,32% respecto del mismo periodo del ejercicio anterior.
La Seguridad Social está asumiendo un coste por baja laboral que roza ya los 8.000 millones de euros anuales, un 60% más que en 2013, en plena crisis, y también por encima de los 7.200 millones de 2007, el último año de crecimiento robusto antes de la recesión; datos extraídos del informe El absentismo derivado de la Incapacidad Temporal por contingencias comunes elaborado por la Asociación de Mutuas de Accidentes de Trabajo (Amat). El coste total del absentismo por incapacidad temporal ascendió el año pasado a 85.140 millones de euros,con un coste directo para las empresas de 6,900 millones, y el coste de oportunidad, en términos de producción de 70.741 millones.
Unas cifras insostenibles, sin duda alguna, en el mercado de trabajo español. Es labor de todos, gobierno, empresas públicas y privadas, agentes sociales…. trabajar conjuntamente para adoptar medidas que reduzcan este gasto contribuyendo a la mejora de la competitividad para las empresas y reactivación del consumo. Pero ante todo, se ha de sumar fuerzas para preservar la salud y bienestar del trabajador, invirtiendo en una prevención de riesgos real, eficaz y consciente poniendo al trabajador en el centro, más allá del requisito legal.