Entrevistamos a Rosa Sánchez Torres, directora general de BEQUINOR Asociación Nacional de Normalización de Bienes de Equipo y Seguridad Industrial. CTAIMA, colabora activamente con BEQUINOR participando en la Comisión de Trabajo de Transporte de Mercancías Peligrosas.
¿Cómo estás? ¿Cómo has pasado este confinamiento a nivel personal y profesional?
Ahora mismo, muy bien y muy reforzada a todos los niveles, tras haber superado esta primera etapa, tan dura para tantos de nosotros. El confinamiento ha sido realmente complicado a nivel personal, al haber estado atendiendo a una persona dependiente durante ese período y tras haber lamentado una importante pérdida el mismo 14 de marzo. A nivel profesional, todo un reto, que ha culminado con la digitalización de toda nuestra actividad en un tiempo récord.
BEQUINOR aglutina empresas muy importantes de nuestro país. ¿Cómo han abordado esta situación de crisis y hasta qué punto se han visto afectadas?
BEQUINOR aglutina empresas muy importantes, de muchos sectores y de muy distinto tamaño, todas ellas con un altísimo compromiso con la Seguridad Industrial. En todos los casos, nuestras empresas han sido un ejemplo profesionalidad y responsabilidad y han sabido responder de forma rápida pese a las muchas incertidumbres ante los continuos cambios motivados por la excepcionalidad de la situación.
Lo anterior no impide en ningún caso que todas las empresas, también las nuestras, por supuesto, se hayan visto afectadas en mayor o menor medida por esta situación. De forma general, la repercusión económica está siendo importante; han sido muchos los ajustes que se han tenido que realizar al paralizarse parcial o totalmente la actividad en muchos casos.
¿Cuáles son las principales preocupaciones a las que se enfrentan las empresas asociadas en este momento de final de estado de alarma?
Son varias las preocupaciones comunes a todas nuestras empresas: un posible nuevo brote en otoño, el mantenimiento de la alerta y la vigilancia en la nueva normalidad, las inversiones y proyectos actualmente pendientes de reactivación y, por encima de todo, la preocupación por los colaboradores, proveedores y clientes que se han quedado por el camino.
Queda latente una preocupación general por el comportamiento del mercado en el corto y medio plazo, no obstante, se evidencia ya que se están definiendo y acometiendo las medidas necesarias para un retorno ordenado y con garantías de seguridad para retomar la actividad de forma controlada.
En términos generales, ¿consideras que desde el punto de vista empresarial se ha actuado de forma responsable y proporcional a la gravedad de la situación?
La gestión de esta crisis ha sido y continúa siendo complicada, llegando a suponer un auténtico reto, especialmente en el caso de las empresas más pequeñas y con menos recursos para hacer frente a los meses de inactividad, en no pocos casos, total.
Sin embargo, la respuesta ha sido acorde y proporcional a la gravedad de la situación, no solo en la adopción de las medidas necesarias sino también en los tiempos de respuesta, impensables hace tan solo algunas semanas.
Desde luego, las empresas de nuestro entorno han actuado de forma ejemplar, dando muestras no solo de la responsabilidad que, por supuesto se les presupone, sino de una altísima solidaridad. De forma totalmente interesada y desde el principio, nuestras empresas se volcaron en iniciativas solidarias para ayudarnos a todos a superar los primeros y complicados momentos.
Dentro de las Comisiones técnicas de BEQUINOR, hemos puesto en común las distintas iniciativas de nuestras empresas asociadas, que en función de los recursos disponibles en cada caso han puesto en marcha desde puntos de información y atención, hasta proyectos de ayuda a colectivos más desfavorecidos. En algunos casos, han puesto sus recursos, a veces, como digo, escasos, al servicio de los colectivos que han tenido que desempeñar actividades esenciales, como, por ejemplo, ofreciendo comida y alojamiento a los transportistas en los primeros días de la crisis, cuando aún no se habían adoptado las medidas necesarias por las administraciones competentes.
¿Crees que los protocolos de prevención del COVID-19 han llegado para quedarse? ¿Qué recomendaciones darías a las empresas para evitar que se relajen conforme se vaya normalizando la actividad empresarial?
Supongo que no todos los protocolos permanecerán. Algunos de ellos lo harán en el corto y medio plazo, otros quedarán establecidos para eventuales escenarios equivalentes en el futuro. En la mayoría de los casos, lo que creo que permanecerá es la confianza en los grandes especialistas en Seguridad de las empresas, ya sean internos o de servicios externos especializados.
Lo que sí ha llegado para quedarse son algunos de los cambios que hemos tenido que implementar en nuestro normal funcionamiento y de los que podemos hacer ya un balance muy positivo. Por citar algunos, el teletrabajo, las reuniones por videoconferencia de los grupos de trabajo, la formación telepresencial …., todo ello conducente a una gestión más eficiente y responsable de los recursos disponibles, al disminuir tiempos y costes de desplazamientos, muchas veces, innecesarios, contribuyendo a una reducción de la contaminación, etc.
La entrada de visitas y contratistas pueden ser un foco más de contagio para los trabajadores de la propia empresa ¿Crees que cambiará en algún aspecto la gestión de la coordinación de actividades empresariales respecto a cómo se entendía hasta el inicio de la crisis?
La coordinación de actividades empresariales es en sí una actividad que incide de forma especial en la Seguridad. Esta crisis ha permitido evidenciarlo si cabe en mayor medida.
Ahora mismo y para comenzar a retomar la normalidad, nueva o quizás solo diferente en algunos aspectos, es esencial reactivar las muchas actividades que quedaron suspendidas tras decretarse el estado de alarma. Hablamos de actividades tales como el mantenimiento, la auditoría, la inspección, la consultoría … en definitiva, del control de la Seguridad de las instalaciones industriales. Esta reactivación no sería posible sin una correcta coordinación de actividades empresariales previa que proporcione las garantías de seguridad requeridas.
En términos generales, ¿crees que las asociaciones pueden aportar algún valor extra a sus asociados para ayudarles a superar la previsible crisis post-covid?
Por supuesto, el papel de las asociaciones ha sido determinante en el apoyo a sus asociados para la gestión de esta crisis, y continuará siéndolo.
Dependiendo de su alcance y naturaleza, la práctica totalidad de las asociaciones nos hemos volcado en buscar respuesta y soluciones a las necesidades de nuestros asociados, adelantándonos en muchos de los casos a su planteamiento.
BEQUINOR es una asociación de naturaleza totalmente técnica y carácter transversal, que sienta en sus mesas de trabajo a asociados de muy distintos sectores industriales y en algunos casos a técnicos y responsables de la administración, para definir propuestas que den respuesta a las necesidades reales de la Industria, ofreciendo por lo tanto nuestra colaboración a los órganos competentes para legislar y aplicar la reglamentación técnica de seguridad. Por nuestra naturaleza, en las primeras semanas de la crisis, fuimos capaces de anticiparnos a los problemas que luego fueron surgiendo y a los que pudimos dar una respuesta adecuada y a tiempo.
Continuamos ahora trabajando de la misma forma para seguir dando respuesta dentro de nuestro alcance a las necesidades de nuestros asociados. De forma general, las asociaciones podrán aportar un importante valor al conjunto de sus asociados al representar de forma colegiada y cualificada los intereses de sus asociados que, en nuestro caso, se centran exclusivamente en el ámbito de la Seguridad Industrial.
En este sentido, ¿el estado de alarma y su impacto económico en el futuro, ha provocado algún cambio en la estrategia de BEQUINOR a corto o medio plazo?
El funcionamiento de BEQUINOR ha cambiado de forma radical y, como decía al inicio, en un tiempo récord.
Hemos conseguido digitalizar al cien por cien toda nuestra actividad. En primer lugar, la de nuestras Comisiones técnicas y grupos de trabajo relacionados, registrando en todos los casos un altísimo nivel de participación y compromiso. Después, pusimos en marcha el Aula Virtual de formación técnica especializada para la Industria, en la modalidad telepresencial, seleccionando los mejores contenidos de nuestra programación de formación. Ahora, estamos inmersos en el paso a un modelo de oficina virtual, más eficiente y responsable. Por supuesto, tendremos un espacio profesional disponible para atender presencialmente a nuestros asociados y colaboradores siempre que se precise, y tan pronto sea posible retomaremos puntualmente algunas de nuestras reuniones presenciales.
Orgullosos de ese colectivo comprometido y riguroso al que representamos, seguiremos trabajando para gestionar de la mejor forma posible todos los escenarios con los que nos vayamos encontrando.
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