Con motivo de la campaña de la Semana Europea “Mantenimiento seguro y preventivo” el INSHT publicó el pasado 2010 un encuesta realizada entre los representantes de las Organizaciones Sindicales y Empresariales, y los organismos de la Administración, donde cada uno ofrecía sus consideraciones sobre cómo integrar la prevención de riesgos laborales en la planificación de las Operaciones de Mantenimiento a realizar en la empresa. Hemos destacado las declaraciones más relevantes, año y medio después siguen estando de rabiosa actualidad:
Concepción Pascual Lizana, directora del INSHT, señala que, el establecimiento de procedimientos de trabajo en base a una buena interpretación de la normativa permite disponer de instalaciones y equipos de trabajo seguros durante toda su vida útil. En este sentido recuerda cuales son las obligaciones de empresario y contrata en materia de coordinación de actividades empresariales:
a) El empresario tiene la obligación de realizar la evaluación de riesgos de todos los puestos de trabajo, con independencia de la frecuencia con que se realice la actividad. Igualmente tiene la obligación de elaborar el Plan de Prevención de Riesgos Laborales, recogiendo funciones y responsabilidades relativas al mantenimiento preventivo.
b) En el caso de que el mantenimiento se externalice, es la empresa externa de mantenimiento la encargada de realizar la evaluación de riesgos de las tareas contratada
c) Empresario y contrata han de trabajar de manera conjunta en la planificación preventiva de las operaciones de mantenimiento
Para Pablo Linares Rodríguez, Secretario confederal de Salud Laboral de CCOO, la correcta prevención de los riesgos laborales en la empresa debe estar ligada al mantenimiento seguro y preventivo, entendiendo como tal, la planificación sistemática y programada del mantenimiento de equipos e instalaciones.
La principal dificultad para conseguir este objetivo en la Empresa Española, continúa Linares, es la falta de coordinación de recursos que permitan instaurar un programa integral e integrado de mantenimiento. Si la empresa es grande y dispone de un departamento propio de Mantenimiento es más fácil que en el Plan de Prevención quede perfectamente integrado el servicio de mantenimiento con sus puntos críticos de revisión, indicadores, periodicidad, responsables… Pero, recuerda Linares, en la mayoría de las ocasiones, debido a la complejidad del equipo que exige el contrato de mantenimiento implícito o a lo reducido de la empresa, las operaciones de mantenimiento o son realizadas por el propio usuario (sin tener un buen conocimiento en la materia) o tienden a externalizarse.
Tanto en la externalización de la actividad como en el mantenimiento llevado por no expertos es donde surgen los mayores inconvenientes a la hora de garantizar la seguridad del trabajo ejecutado. Por una parte, en ambos casos el mantenimiento será más correctivo que preventivo y además, en el caso de la externalización, el personal que llevará a la práctica el mantenimiento será ajeno a la empresa que utiliza el equipo, argumenta Linares quien concluye su exposición con una idea: “se hace imprescindible el coordinar las actividades preventivas para asegurar que el que realiza el mantenimiento ni va a aportar riesgos añadidos al proceso de producción ni va a ponerse en peligro por intervenir en un proceso y organización ajeno a su actividad”.
Fuente consultada: Boletín 59, publicado el 27 octubre de 2010 por el INSHT