Un operario de 30 años falleció el 3 de abril en la central térmica de Sabón al precipitarse de unos ocho metros de altura cuando participaba en los trabajos de desmantelamiento de la caldera de la central de fuel. La víctima trabajaba en las instalaciones , contratado por una empresa auxiliar que realizaba tareas de desmontaje desde el 18 de marzo en las instalaciones de Gas Natural Fenosa. Aunque fuentes de emergencias señalaron que se había precipitado de una altura de 5 metros, trabajadores de la central elevaron hasta los 8 metros la distancia.
Gas Natural Fenosa explica que la subcontrata se encargaba del desmantelamiento del aislamiento técnico de la caldera de la central de fuel. Concretamente, IGR está especializada en la eliminación de elementos contaminantes. Hasta allí acudieron los investigadores de la policía judicial y técnicos de Inspección de Trabajo y del Instituto Galego de Seguridade e Saúde Laboral de la Xunta para investigar las circunstancias laborales y de seguridad en las que ocurrió el accidente.
Los delegados de seguridad del comité de empresa de la central entienden que se paralizará la actividad en el lugar hasta que se emita un informe al respecto. Según las informaciones que han reunido a lo largo de la jornada, el fallecido sí contaba con las medidas de seguridad pertinentes para trabajar con elementos contaminantes pero no con los sistemas adecuados para el trabajo en altura. Añaden que estaba en una zona con poca visibilidad.
Denuncian además que para este tipo de acciones en altura es obligatoria la presencia de un «recurso preventivo», un especialista que compruebe si la prevención de riesgos es la adecuada y que señale las medidas que se deben tomar en el caso de no ser así. El comité tendrá hoy una reunión con los responsables de la empresa. Gas Natural informó ayer de que colaborará con la Inspección de Trabajo y autoridad judicial en su investigación.
Fuente: La opinión. A Coruña