Buena parte de los 140.000 trabajadores andaluces del sector de la construcción están soportando en los últimos días temperaturas próximas a los 40 grados. Los convenios colectivos del sector en cada provincia estipulan que las empresas están obligadas a aplicar la jornada intensiva de verano. Sin embargo, los sindicatos han alertado de incumplimientos masivos en la aplicación de este calendario estival, lo que eleva de forma considerable los riesgos laborales al exponer a los empleados a los temidos golpes de calor. Solo en Jaén, provincia que soporta la primera ola de calor del verano, CC OO ha interpuesto ante la Inspección de Trabajo 30 denuncias por incumplimiento de la jornada intensiva estival, que se inició el pasado 20 de junio y se prolongará hasta el 14 de agosto, con un horario que va desde las siete de la mañana a las dos de la tarde. “Con la crisis, las empresas han relajado las medidas de prevención y seguridad laboral porque eso cuesta dinero”, dice Juan Jumillas, secretario provincial de la Construcción de CC OO en Jaén.
En Sevilla, este sindicato ha cifrado en un 20% el nivel de infracciones en este aspecto, que afecta a 30.000 trabajadores en la provincia. Entre los incumplimientos, el sindicato cita los casos de las empresas Acciona, que realiza la obra del Rectorado de la Universidad de Sevilla; Innovía-Arpo; así como en la obra de la Torre Pelli, en la que varias subcontratas dependientes de Dragados siguen trabajando más de ocho horas diarias. En el conjunto de Andalucía no hay datos globales, entre otras razones, porque cada provincia tiene su propio calendario de jornada intensiva. Este se inició el 20 de junio en Jaén, el 23 en Córdoba y Huelva (en estas dos provincias se prolonga hasta el 31 de agosto), mientras que en Almería, Granada, Málaga y Sevilla la jornada continua arrancó el 30 de junio y se mantendrá hasta finales de agosto, excepto en Granada, donde finalizará el 15 de agosto.
El último dato existente en la región es de hace dos años, cuando se presentaron más de 200 denuncias. Con todo, los sindicatos aprecian en los últimos años un descenso en el número de incidencias, motivado en parte por la menor actividad en un sector que ha pasado en dos años de 500.000 trabajadores a 140.000. “Es preciso que haya sanciones ejemplarizantes para que las empresas no abusen de los trabajadores”, indica Jumillas.
Fuente: elpais.com