Una actuación eficaz del recurso preventivo va encaminada a una buena organización de sus trabajos. El contratista será el responsable en garantizar que los recursos preventivos son suficientes en número y disponen de los medios necesarios para efectuar su tarea (según su evaluación de riesgos y directrices dadas por el empresario principal). Por este motivo, para el desarrollo de sus funciones se tiene que considerar:
1. Ubicación de los recursos preventivos en el área de trabajo. Su ubicación no le debe exponer a riesgos adicionales a los propios de su puesto y debe ser estratégica
2. Elaboración de instrucciones claras de actuación. Cuando como resultado de la vigilancia se observe un deficiente cumplimiento de las actividades preventivas, las personas a las que se asigne su presencia deberán dar instrucciones precisas para el correcto e inmediato cumplimiento. Igualmente todos los trabajadores deberán estar informados de dichas instrucciones y tener constancia de quien es el trabajador designado como recurso preventivo además de sus funciones.
3. Tareas asignadas. En relación con la «exclusividad» del recurso preventivo en el cumplimiento de sus funciones, el apartado 7 artículo 22 bis del Reglamento de los Servicios de Prevención estipula la posibilidad de desarrollar una actividad distinta de la propia como recurso preventivo, siempre que sea compatible con el cumplimiento de sus funciones.
Fuente: El recurso preventivo en 360 º Moisés Riobello